Duelo

Afrontando el duelo

Cada persona afronta el duelo de una manera diferente, es cierto que hay ciertos patrones comunes (Etapas del duelo*), pero no siempre pasamos por todas esas fases. Todas las maneras de afrontarlo son igualmente válidas, lo importante es poder seguir adelante con nuestras vidas.

La muerte es un paso más en nuestras vidas, sin embargo, nunca estamos preparados para su llegada, irrumpe de repente y nos desconcierta, nos rompe todo aquello que creíamos que no cambiaría y que permanecería con nosotros para siempre. Aquella persona a la que tanto queremos ya no está.

Los emociones que sentimos en esos momentos son muchas: incredulidad, ira, tristeza, angustia, desesperación, rabia,… en ocasiones sentimos que no seremos capaces de seguir adelante.

Necesitamos tiempo, es fundamental para darnos cuenta que esa persona tan importante ya no está con nosotros; no hay un tiempo establecido, cada persona necesita el suyo y debe ser comprendido por las personas que tiene alrededor y que le quieren.

Tenemos que darnos cuenta que la vida no va a parar aunque esa persona a la que tanto queremos ya no esté con nosotros, tenemos que seguir viviendo a pesar de nuestro dolor. Tenemos alrededor personas que nos necesitan y necesitan que continuemos con nuestra vida por duro que nos parezca.

Es muy importante que expresemos nuestros sentimientos, que hablemos con nuestros amigos y familiares, que compartamos como nos sentimos y todo aquello que queremos recordar de nuestro ser querido.

En ocasiones notamos que cuando hablamos de la persona que ya no está con nosotros, las personas que tenemos alrededor no saben como actuar, les da miedo que los recuerdos nos hagan daño y cambian de tema, intentando que no aparezca en las conversaciones. Esto nos duele muchísimo cuando nosotros necesitamos hablar de ellos, de lo que hacían, nos decían, sus anécdotas, No queremos que les olviden¡¡¡¡

Debemos hablar con nuestros familiares y amigos y decirles que necesitamos hablar de ellos porque deseamos que siempre los recordemos y permanezcan en nuestro recuerdo para siempre.

Las personas que nos quieren, amigos y familiares, son muy importantes para que el dolor vaya disminuyendo. Igual que todos tenemos claro que compartir con ellos nuestros buenos momentos aumenta nuestra alegría, compartir con ellos nuestro dolor hace que este disminuya. Están ahí para eso, te quieren y quieren ayudarte, ¡¡Déjales que lo hagan!!

La mayoría de nosotros somos capaces de superar la pérdida y continuar con nuestra rutina y nuestras vidas, las personas tenemos una gran capacidad de resilencia. En algunas ocasiones el duelo dura mucho tiempo y las personas no son capaces de volver a su actividades cotidianas, y les afecta en su vida personal y laboral. Estas personas estarían en lo que llamamos un duelo complicado y sería beneficioso para ellos tener ayuda profesional de un psicólogo que les permita avanzar.

Carta a mi madre:

Hola mamá, hoy quiero poner por escrito todo eso que tú y yo hablamos cada día, eso que no me he atrevido a hacer en este tiempo por miedo a que fuera como un punto y final, y que a partir de ahí, tu ya no estuvieras en mi vida.

Sabes que te echo de menos , ¿verdad? Aún hoy me revelo , me cuesta entender porque tuviste que marcharte tan pronto y dejar este vacío en nuestras vidas, recuerdo mi ira, mi incredulidad, mi dolor. Cuando me levante a la semana siguiente, justo siete días después de aquel terrible día, era el día de mi cumpleaños, y parecía que nada había pasado; todos me llamaban, me felicitaban, no entendía nada, no había nada que celebrar, o al menos eso creía yo.

Me di cuenta que el mundo no iba a pararse porque tú te hubieras ido, que continuaba, y yo no entendía cómo era posible que nada cambiara si tú ya no ibas a estar a nuestro lado. Qué injusticia¡¡¡

Me quedo con todo lo bueno que me diste, y con todo lo que me enseñaste, gran parte de lo que soy hoy te lo debo a ti. Tu me enseñaste a dar la importancia justa a las cosas que nos suceden , a saber perdonar a los demás, a saber aceptarme a mi misma, a querer a los que me rodean, a dar sin esperar nada a cambio. No lo hago tan bien como tú lo hacías, de eso estoy segurísima, soy tan sólo una humilde imitadora, pero lo intento, lo intento con todas mis fuerzas, para dejar al menos un diez por ciento de esa huella que tu has dejado en nosotros, en todos los que tuvimos la suerte de compartir nuestra vida contigo.

Mama, tú siempre estarás en mi vida, formas parte importante de ella y no puedo, no debo y no quiero renunciar a ello.

Tu hija que te quiere.

*Anexo

Etapas del duelo

Según la Dra. E. Kubbler Ross, quien propuso 5 etapas en el duelo:

  • Negación, aislamiento e incredulidad

En un primer momento no aceptamos la pérdida, no nos lo creemos, no nos ha dado tiempo a encajar la noticia.

  • Ira

Sustituimos la incredulidad por el resentimiento, por la rabia. Aparecen los por qué, se carga contra los sanitarios, contra quien provocó el accidente, contra el familiar que no estuvo presente… Esta ira es una fase normal, y como tal, no se debe tener en cuenta como algo personal.

  • Negociación

intentamos buscar una salida al hecho a través del pacto, del regateo, de la negociación, con Dios, con nosotros mismos…

  • Depresión y tristeza

nos invade la tristeza, el sentimiento de soledad. El apoyo de los más cercanos es completamente necesario, y es un periodo preparatorio para la última etapa.

  • Aceptación

hemos llegado al final del camino. Llevamos un tiempo sin la persona, han surgido nuevos planes, proyectos, actividades… Le recordamos con añoranza, pero ya miramos la vida de otra forma.

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Victoria Martín

Victoria Martín

Soy Psicóloga General Sanitaria licenciada en la Universidad Autónoma de Madrid, colegiada M-24.309 y Master en Terapia Cognitivo-Conductual. Experiencia en la evaluación, diagnóstico e intervención de problemas psicológicos en adultos, niños, adolescentes y parejas. Especializada en tratamiento de la obesidad y sobrepeso.

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